lunes, 2 de noviembre de 2015

A pesar de mí

Y llegará el día en el que solo queden jarras de agua putrefacta,
en lugar de sílabas sin vocalizar masticadas en sexo
y recuerde la pesadilla de la mente de algodón,
la vieja que se mira al espejo asustada y odia los surcos,
y busque la belleza que creaban dos cuerpos retorcidos,
dos cuerpos que sabían amar a pesar de ellos mismos,
a pesar de la herida, a pesar del amor,
que planea sobre sus cabezas arrojando bombas,
y destruye, destruye, destruye,
destruye cimientos que nadie puso allí en algún momento,
que nadie lucha por conservar enjaulando pájaros asustados,
aunque otros digan que existe
y algunos los hayan visto caminar con las gafas empañadas,
hablando de poesía y pollas y psiquiátricos,
hasta convertirse en héroes disolutos de muerte tardía,
y llegará el día en que te busque en colchones de muelles oxidados,
en mesas de madera sin barnizar, en sofás llenos de corridas,
en que quiera abrazarte tan fuerte que me reviente las tripas,
y solo así comprenda la ternura infinita de la perdida.